Por ahí andan dando vuelta imagenes sobre un supuesta verdad mundial, de que yo (el chico bueno) me enamoro de vos (la chica buena) pero vos te enamoras de él (el chico malo) mientras que él está enamorado de ella (la puta). Ahora vamos a la verdad de mi mundo, mi vida.
No se si soy el chico bueno, porque ser bueno significa no contestar a tus padres, no mentir y obedecer siempre, la verdad soy alguien normal que sólo busca a alguien normal para tener algo fuera de lo normal, para amar. Y sí, fuera de lo normal.
Y te va a parecer extraño, vas a pensar que soy fofo, o que soy gay, o que no estoy en la onda, pero no me va esa de ser el vaguito que le gusta coger y que solo busca minas con el propósito de satisfacer la necesidad sexual, osea de ponerla. Pocos años antes de que comience el siglo XXI ya se tenía establecida la teoría de ''buscar minita para coger''.
Mi onda es que yo no te quiero para ponertela salvajemente como otros, yo solo quiero estar con vos para juntarnos una tarde, ir debajo de un arbol, sentarse en sus raíces y abrazarnos hasta que el sol decida irse y dejarnos ver el nacimiento de una noche. Pero el problema es que vos no queres eso, vos sólo sos alguien que pasa desaparcibida y que queres salir con el pibe más lindo del curso. Pensas que el va estar en un bar rodeado de minas buenas y les va a decir ''corranse que quiero a esa princesa y no a ustedes'' y te va a tomar de la mano y van a salir caminando por la vereda del bar y vos vas a cargar tu libro y el va abrazandote, y vos lo miras como el mira para adelante con sus anteojos onda vintage. Pero bueno, el pibe usa esos anteojos con aumento discimulado para calcular perfectamente el diametro de cada una de las dos nalgas sobresalientes de la mina que va delante de ustedes.
Quiero que sepas que para mí no pasas desapercibida, que te tengo fija todos los días y que un día me voy acercar a vos, nos vamos a conocer y si el viento sopla a nuestro favor, nos vamos a caer bien y nos vamos a terminar enamorando para finalizar juntos abrazados bajo ese árbol, que será el hijo que nos vio nacer.